viernes, 29 de enero de 2010

Un vinito español (28 de enero de 2010)

Este jueves el grupo está en pañales (y nunca mejor dicho). Los cocineros y Paula en Madrid Fusión y Rebeca y Locho embobados con Bernardo. ¡Enhorabuena! ¡Un beso muy grande! Os esperamos pronto. Y Fran pocho (¡cuídate!). Pero no te preocupes que Berta dejó alto el pabellón, como ya veremos. Así que eramos sólo ocho catadores/cenadores.
En el preámbulo ensayamos un nuevo tipo de cata: cata de aceite... pero de La Rioja. Y gustó mucho el aceite de mi amigo Toby.
Y con ello nos pusimos a la cata de los cinco vinos que nos había preparado Jose.

¿Pistas? Solo una: vinito español. Al entrar en contacto con los vinos se percibía cierta sensación de cercanía, de conocido. Vinos distintos pero una misma sensación. Y como por la boca muere el pez a Jose le traicionó la boca y al preguntarnos por variedades le pillamos que era la misma variedad. ¿Y cual podía ser? Pues la tempranillo. Estábamos ante cinco tempranillos de distintas zonas y Jose nos confesó cúales: Toro, Rioja, La Mancha, Castilla-León y Zamora. ¿Seríamos capaces de identificar los vinos? Algunos ni lo intentamos, otros lo intentaron y no dieron ni una (omito nombres) y nuestra heroina de la noche acertó todos: Berta. ¡Bravo!

Al destapar los vinos descubrimos que eran cinco vinazos, de los que uno destacó claramente (con 17,14 puntos): Artadi Pagos Viejos 2007. Un vino goloso, redondo, complejo. Al vino que quedó en segundo lugar (16,07 puntos) probablemente le falte tiempo en botella. Tenía una nariz compleja, muy interesante, pero una boca demasiado astringente, dura. Cuando la botella le pula un poco más mejorará. Se trataba de Volver 2007 de La Mancha.
El tercero y a bastante distancia de los dos anteriores (14,21 puntos) quedó Almirez 2007 de Toro. Era un vino contradictorio, con cosas muy interesantes, sobre todo en nariz, pero otras no tanto.
Los vinos que quedaron cuarto y quinto presentaban narices poco francas, con fondo algo sucio. Cuando esa suciedad se iba, tras agitarlo, se apreciaban aromas interesantes... pero volvía el fondo sucio. ¡Una pena! Eran Aldeasoña 2005 (13,50 puntos) de Castilla-León y Cenit 2004 (13,07 puntos) de Zamora.

Como ya Iñigo llevaba un ratazo metiéndonos prisa para pasar al condumio, pues despejamos la mesa para meternos entre pecho y espalda unas ricas chuletas de buey, regadas por los restos de vinos de la cata. Y como casi siempre nos pasa, con la comida los vinos estaban mejor que en la cata. ¿Tiene sentido catar los vinos a palo seco cuando normalmente se acompañan de comida y están mucho mejor? ¡Habrá que inventar una nueva modalidad de cata: la cata con chuletón! Meditarlo para el próximo jueves. ¡Hasta entonces!
Notas de cata (puntuación de 0 a 20)
Artadi Pagos Viejos 2007 - 17,14 puntos

Rojo violeta con ribete violáceo. Capa media. Vivo. Aromas con carácter, frutos de baya, uvas pasas, madera. Equilibrado, fácil de beber, con un toque a frutos rojos, suave, equilibrado, con un toque aterciopelado y fácil de tomar.
Volver 2007 - 16,07 puntos
Rojo violeta con ribete violáceo, capa alta, brillante. Aromas intensos, complejos, con carácter, uvas pasas, membrillo, torrefacto, vegetales, vainilla, ahumados. Ataque astringente, sabroso, tánico, vigoroso, largo, con retronasal frutal y especiado.
Almirez 2007 - 14,21 puntos
Rojo cereza, capa alta, vivo y brillante. Aromas intensos de mermelada de fresa, regaliz negro, grosellas, fondo tostado, caramelo quemado, especiado (pimienta negra). En boca amplio, frutos rojos y negros en sazón, ligero punto picante.
Aldeasoña 2005 - 13,50 puntos
Rojo granate con ribete rubí. Capa media. Aromas de media intensidad, confitura de frutos rojos y un ligero anisado y lácteo. Ataque intenso con astringencia, evolución tánica.
Cenit 2004 - 13,07 puntos
Rojo picota con ribete granate, capa media. Aromas de intensidad media, mora, madera tostada, leche cortada. Ataque cálido, tánico, ligero con retronasal frutal.

viernes, 22 de enero de 2010

Borgoña en blanco (21 de enero de 2010)

Para este jueves había una cata que hacía tiempo que le tenía ganas: borgoñas blancos. Las largas noches de invierno es un buen momento para preparar la cata: leer sobre los vinos de borgoña, las distintas zonas, los vignerons, para seleccionar cinco vinos representativos y por último buscar en internet los vinos que encajen con un presupuesto aceptable (200 euros en total) y que sean de añadas no muy jóvenes para poder apreciar bien un borgoña.
Aunque ningún catador sabía qué vinos íbamos a catar había casi pleno de catadores. Eramos 12 (como los apóstoles pero con más mala leche). Fran pagó las cañas y fue el único que cumplió con la penalización por no poner comentarios en el blog (si hubieran pagado cañas todos los que debieran todavía estaríamos tomando cerveza). Comentamos la falta de novedades de Rebeca (la verdad es que con este tiempo no me extraña que no quiera salir). Y nos pusimos a catar. Los vinos llevaban una hora abiertos y tres de ellos decantados. Ya debían estar a la temperatura adecuada (en torno a 15º) y con la suficiente aireación.

A la hora de buscar los vinos quería que fueran todos de propietario. Hay muy buenos vinos de "negociant" pero me inspiran menos confianza. Había seleccionado dos premier cru de las mejores zonas de la Côte de Beaune (Mersault y Puligny-Montrachet), un bourgogne genérico, un premier cru de Chablis y un chardonay de la Côte Chalonaisse.
Este último era Côte Chalonaisse Les Clous 2006 de Aubert et Pamela de Villaine. Ya habíamos catado hace unos años otro vino de esta bodega (elaborado con aligoté) y nos había gustado bastante. Aubert de Villaine y su esposa, la estadounidense Pamela Fairbanks, pusieron en marcha el Domaine A. et P. de Villaine en 1981 en Bouzeron, localidad ubicada en la Côte Chalonnaise. Aubert de Villaine dirige el Domaine de la Romanée-Conti, del que es copropietario. Tienen 6,1 hectáreas de tinto, todo Pinot Noir, y 14,7 de blanco, de las que 10 son de Aligoté y 4,7 de Chardonnay. Desde 1986 utiliza la agricultura biológica. (Podéis ver más información en este blog).
Para el borgoña genérico seleccioné el Bourgogne 2006 Domaine Dujac. Era el vino que me daba más miedo (ya había probado algún borgoña bastante malo) y había que hacer una apuesta segura. El Domaine Dujac, a pesar de no tener tan larga historia como otros, se ha ganado un lugar entre los mejores.(ver artículo)
De Chablis ya habíamos catado anteriormente algún vino de La Chablisienne
(cooperativa y una de las mayores bodegas de Chablis). Ahora seleccioné Chablis Montée de Tonnerre 2005 de Willian Fèvre. El Domaine Willian Fèvre es la expresión más pura del suelo de Chablis. Willian Fèvre mantiene la tradición de la familia que se extiende por más de 250 años. El Domaine Willian Fèvre cuenta con 48 hectáreas, con 12 hectáreas en Premiers Crus, 15,2 hectáreas en Grands Crus y la superficie restante compartida entre la denominación Chablis y Petit Chablis. El Domaine Willian Fèvre, como Bouchard Père y Fils, fue comprado en 1998 por la casa Henriot de Champán. (ver su web).
Los dos premier cru de la Côte de Beaune eran: Mersault Les Genevrières 2005 del Domaine Vincent Girardin y Puligny-Montrachet Les Perrièrres 2004 de Etienne Sauzet.
Vincent Girardin nació en Santenay, Côte de Beaune y forma parte de una familia de vignerons desde el siglo XVII. Cuando tenía cuarenta años, en 1982,empieza su carrera como vigneron con 2 hectáreas de viña solamente. Cuando se jubila su padre hereda algunas has. más y se puede consagrar a su pasión. Hoy en día el Domaine cuenta con 20 hectáreas en 42 parcelas repartidas en 8 municipios de la Côte de Beaune. (Ver su web)
Etienne SAUZET nació en 1903. Como consecuencia de una herencia de viñas crea su propia explotación. Con el tiempo llega las 12 has. en 1950. Tras su muerte, en 1975, es su hija Jeanine, y su marido Gérard Boudot, quienes se hacen cargo del Domaine. En 1991, como consecuencia de una repartición, el Domaine queda reducido a poco menos de 9 has. Como consecuencia de ello compran uva a otros vignerons. (Ver su web).

Empezó la cata sin ninguna información a los catadores, sólo la que saltaba a la vista: eran cinco vinos blancos. Ya al meter la nariz en el primero sorprende y gusta. El segundo presenta aromas de hidrocarburos, el tercero en un primer momento es más plano con recuerdos minerales, el cuarto huele a frutos secos y a madera y el quinto presenta un marcado toque lácteo. "Muy diferentes", dijo Jose. "Muy buenos", para Locho, quién añadió que el quinto era Chardonay. Les dí una nueva información: todos están elaborados con la misma variedad. ¿Cuál puede ser? "Albariño no son", afirmó categórica Olga (y es de las pocas que acertaron en la noche). Jose apostó por la Sauvignon Blanc (¡frío, frío!), Tonino por la Viognier (¡que no!), Locho (a pesar de haber dicho que el quinto era chardonay) apostó por chenin blanc. ¿Y de la querida chardonay no se acuerda nadie? Menos mal que ahí estaba Paula, salvando la honrilla al apostar por ella.

Bueno, sabiendo que eran todos chardonay, la siguiente pregunta estaba clara. ¿De que zona son? La pregunta, que pensaba que resultaría fácil, resultó ser todo un enigma. Silencio sepulcral. Y alguno que habló fue para decir que eran de distintos países. Locho, resignado, señaló que le gustaría que fueran españoles (pero mucho se temía que no lo eran). Nadie habló de Borgoña, ni se la mencionó. ¡Tenemos que hacer más catas de borgoñas, esto no puede ser!
Mientras tanto los vinos se iban abriendo, cambiando. Los que estaban más calladitos, empezaban a hablar, y los que ya hablaban, cambiaban de tema. En boca también daban la cara, sobre todo el primero. A mí personalmente me gustaba bastante la boca del quinto, aunque en general fue el vino que menos gustó. La impresión general es que estábamos ante buenos vinos,... pero les faltaba un puntito para ser grandes vinos, para enamorar. ¿Tal vez sus hermanos mayores de Borgoña tengan ese puntito? ¡Habrá que hacer una cata de borgoñas de primera línea para comprobarlo! (si el bolsillo lo soporta).
Bueno, llegó el momento de descubrir los vinos. Y ahí vino la sorpresa. ¿Cuál era el vino primero que ganó con 17,54 puntos? Pues el más barato (17,30 euros): Côte Chalonaisse Les Clous 2006 de Aubert et Pamela de Villaine. Todo un descubrimiento. A pesar de proceder de una zona menor en Borgoña, venció sin contemplaciones a los Mersault y Puligny-Montrachet. En segundo lugar (y con la misma puntuación: 16,68) quedaron Mersault Les Genevrières 2005 del Domaine Vincent Girardin y Bourgogne 2006 Domaine Dujac. En cuarto lugar el Chablis Montée de Tonnerre 2005 de Willian Fèvre y en último lugar (15,72 puntos) el vino más caro de la noche (62,50 euros): Puligny-Montrachet Les Perrièrres 2004 de Etienne Sauzet.
Tanto esfuerzo abre el apetito y no nos duraron nada las cigalas, navajas y tortilla de patata, regadas con Nanclares 2008, Zárate El Balado 2006 y Ramón Bilbao Edición Limitada 2007. ¡Hasta el próximo jueves! Y recordad que el que no comente nada paga cañas.

Notas de cata (puntuación de 0 a 20)
Côte Chalonaisse Les Clous 2006 - 17,54 puntos

Brillante color amarillo limón intenso, tornándose a dorado. En nariz intenso ataque floral para pasar al frescor de fruta, cítricos mezclados con orejón. Fondo de madera, vainilla, ahumados. En boca intenso, ataque directo, muy redondo, largo, fresco por su acidez que se agradece, vivo, muy largo, se mantienen los aromas de la nariz. Estructurado, equilibrado el frescor de fruta y flores con la redondez de un vino hecho.
Mersault Les Genevrières 2005 Vincent Girardin - 16,68 puntos
A la vista presenta un color amarillo dorado y brillante, con alguna irisación de tono verdoso. En nariz bastante plano, pero con un ligero toque de madera. En boca presenta una acidez equilibrada, con un contraste dulce-ácido que recuerda a alguna fruta tropical (kiwi, piña).
Bourgogne 2006 Domaine Dujac - 16,68 puntos
Amarillo pálido, brillante. En nariz intenso, anisado, floral, vainilla. En boca amargoso, especiado frutal. Equilibrado.
Chablis Montée de Tonnerre 2005 Willian Fèvre - 16 puntos
Amarillo pajizo, un poco apagado. Aroma franco, destacando los cítricos. En boca amargoso, frutal. Varietal
Puligny-Montrachet Les Perrièrres 2004 Etienne Sauzet - 15,72 puntos
Amarillo dorado, brillante, luminoso. En nariz marcado aroma lácteo, toffes caramelizados in crescendo... muy intenso, leche cocida y reducida. En boca amplio, sabroso, casi untuoso, largo.

miércoles, 13 de enero de 2010

Landi y los revoltosos (14 de enero de 20010)

¡Ya estamos de vuelta! Hemos sobrevivido a otras navidades y a varios temporales. Nos ha visitado Rubén y compañía y hemos disfrutado juntos de buenos vinos. Y ahora nos disponemos a retomar nuestras catas semanales. Nos contamos las últimas novedades o la falta de novedades (te mandamos un beso Rebeca, ya falta poquito) y por fin nos disponemos a comenzar nuestra primera cata del 2010... cuando consigamos que todo el personal se siente en la mesa (parece que están un poco revoltosos los chicos/as)

El origen de esta cata viene de la lectura de un blog a finales de diciembre: Jímenez-Landi por partida doble (Ir al blog) En él hablaba de los vinos que está haciendo Jiménez-Landi en Méntrida y del proyecto conjunto con Raúl Pérez en Cebreros: El Reventón (otra vez aparece Raúl). Me llamó mucho la atención y me sorprendió que se estuvieran haciendo vinos en Cebreros recuperando viñedos muy viejos. Pues me seguí sorprendiendo cuando conocí que ya llevaba Telmo Redríguez unos años haciendo un vino también en Cebreros: Pegaso Barrancos de Pizarra(Ver un blog interesante)
Para paliar mi incultura vinícola me decidí a preparar una cata con estos vinos: tres de Jiménez-Landi (Sotorredondo 2007, Piélago 2007, El Fin del Mundo 2007), Pegaso Barrancos de Pizarra 2006 y El Reventón 2007. Busqué los vinos en internet y al final los conseguí en Vinissimus. Los abrí una hora antes, según recomienda la bodega... y ya están listos para catar.
Los catadores sólo sabían que eran vinos de dos D.O. no muy conocidas y que en los cinco vinos aparecía una variedad de uva, en cuatro como monovarietal y en uno en coupage. Según se iban metiendo las narices en los vinos la sensación de despiste se acrecentaba. El primer vino tenía olores algo desagradables (creo que la botella no estaba bien), el segundo mejoraba algo, sobretodo en nariz, pero en boca resultaba bastante ligero. El tercero ya gustaba bastante más, con aromas especiados (anís) y una boca más untuosa. El cuarto se fue abriendo a lo largo de la cata, mejorando de forma clara. Y el quinto resultó el más peculiar. Era el vino con más carácter, que al principio chocó un poco pero que se fue ganado nuestro cariño y nuestra puntuación.
Antes de descubrir los vinos les pedí a los catadores que me dijeran la variedad. Y a pesar del despiste existente Locho y Jose apostaron por la garnacha (¡bien por los chicos!). Una vez acertada la variedad les pregunté por la zona y a pesar de que varios apostaban por Aragón o Cataluña Locho no sólo acertó con Castilla La Mancha sino que directamente apuntó a Jiménez-Landi. ¡Vaya puntería!

Aunque muchas veces dudamos de que el precio de los vinos sea sinónimo de calidad en esta ocasión nuestra puntuación fue directamente proporcional al precio. El vino que más nos gustó (con 16,10 puntos) fue El Reventón 2007, un vino muy peculiar, personal, del que creo que hubiera disfrutado mucho más tomándolo con tranquilidad, a lo largo de una larga velada, en una copa tipo borgoña y dejando que se exprese, que saque todos esos matices que sugería.
Los vinos que quedaron segundo y tercero, con muy poca diferencia de puntos, fueron El Fin del Mundo 2007 y Pegaso Barrancos de Pizarra 2006. Ya más diferenciados los otros dos de Jiménez-Landi: Piélago 2007 y Sotorredondo 2007.
Bueno, como nuestros catadores/as parecían niños revoltosos el primer día de colegio dejamos la cata para pasar a la merienda: una caldeirada de pulpo (para chuparse los dedos) regada con Aván Concentración 2006 (del que Jose disfrutó como un niño con zapatos nuevos). ¡Hasta el próximo jueves!

Notas de cata (puntuación de 0 a 20)
El Reventón 2007 - 16,10 puntos

Rojo picota con ribete violáceo, brillante, vivo. En nariz un poco cerrado al principio. Con carácter. Frutos en baya, mora, frambuesa, vainilla. En boca es tánico, un poco astringente, untuoso. Un vino con carácter, varietal.
El Fin del Mundo 2007 - 15,45 puntos
Rojo granate con ribete teja. Capa media. En nariz intensidad media, franco, especiados (anisados). Ataque cálido, amplio, sabroso, volviendo a salir los especiados y balsámicos.
Pegaso Barrancos de Pizarra 2006 - 15,40 puntos
Brillante con capa muy ligera y ribete teja. En nariz intensidad alta. Franco, con fondo de clavo, madera. Boca ligera pero muy larga, vuelven los recuerdos de fruta que parecía que no existían en nariz. Muy equilibrado, voluminoso en boca que lo hace ganar en nariz.
Piélago 2007 - 13,40 puntos
Rojo granate. En nariz un tanto cerrado, poco intenso. Aromas a confitura de fruta roja. En boca un poco blando, ligero. Vino correcto, ligeramente desequilibrado.
Sotorredondo 2007 - 11 puntos
Rojo picota, ribete violáceo. Aromas intensos animales, tierra húmeda (humus), sotobosque. En boca aparecen frutos rojos, con cierta evolución. Muy mineral, ciruelas muy maduras, membrillos.