viernes, 22 de enero de 2010

Borgoña en blanco (21 de enero de 2010)

Para este jueves había una cata que hacía tiempo que le tenía ganas: borgoñas blancos. Las largas noches de invierno es un buen momento para preparar la cata: leer sobre los vinos de borgoña, las distintas zonas, los vignerons, para seleccionar cinco vinos representativos y por último buscar en internet los vinos que encajen con un presupuesto aceptable (200 euros en total) y que sean de añadas no muy jóvenes para poder apreciar bien un borgoña.
Aunque ningún catador sabía qué vinos íbamos a catar había casi pleno de catadores. Eramos 12 (como los apóstoles pero con más mala leche). Fran pagó las cañas y fue el único que cumplió con la penalización por no poner comentarios en el blog (si hubieran pagado cañas todos los que debieran todavía estaríamos tomando cerveza). Comentamos la falta de novedades de Rebeca (la verdad es que con este tiempo no me extraña que no quiera salir). Y nos pusimos a catar. Los vinos llevaban una hora abiertos y tres de ellos decantados. Ya debían estar a la temperatura adecuada (en torno a 15º) y con la suficiente aireación.

A la hora de buscar los vinos quería que fueran todos de propietario. Hay muy buenos vinos de "negociant" pero me inspiran menos confianza. Había seleccionado dos premier cru de las mejores zonas de la Côte de Beaune (Mersault y Puligny-Montrachet), un bourgogne genérico, un premier cru de Chablis y un chardonay de la Côte Chalonaisse.
Este último era Côte Chalonaisse Les Clous 2006 de Aubert et Pamela de Villaine. Ya habíamos catado hace unos años otro vino de esta bodega (elaborado con aligoté) y nos había gustado bastante. Aubert de Villaine y su esposa, la estadounidense Pamela Fairbanks, pusieron en marcha el Domaine A. et P. de Villaine en 1981 en Bouzeron, localidad ubicada en la Côte Chalonnaise. Aubert de Villaine dirige el Domaine de la Romanée-Conti, del que es copropietario. Tienen 6,1 hectáreas de tinto, todo Pinot Noir, y 14,7 de blanco, de las que 10 son de Aligoté y 4,7 de Chardonnay. Desde 1986 utiliza la agricultura biológica. (Podéis ver más información en este blog).
Para el borgoña genérico seleccioné el Bourgogne 2006 Domaine Dujac. Era el vino que me daba más miedo (ya había probado algún borgoña bastante malo) y había que hacer una apuesta segura. El Domaine Dujac, a pesar de no tener tan larga historia como otros, se ha ganado un lugar entre los mejores.(ver artículo)
De Chablis ya habíamos catado anteriormente algún vino de La Chablisienne
(cooperativa y una de las mayores bodegas de Chablis). Ahora seleccioné Chablis Montée de Tonnerre 2005 de Willian Fèvre. El Domaine Willian Fèvre es la expresión más pura del suelo de Chablis. Willian Fèvre mantiene la tradición de la familia que se extiende por más de 250 años. El Domaine Willian Fèvre cuenta con 48 hectáreas, con 12 hectáreas en Premiers Crus, 15,2 hectáreas en Grands Crus y la superficie restante compartida entre la denominación Chablis y Petit Chablis. El Domaine Willian Fèvre, como Bouchard Père y Fils, fue comprado en 1998 por la casa Henriot de Champán. (ver su web).
Los dos premier cru de la Côte de Beaune eran: Mersault Les Genevrières 2005 del Domaine Vincent Girardin y Puligny-Montrachet Les Perrièrres 2004 de Etienne Sauzet.
Vincent Girardin nació en Santenay, Côte de Beaune y forma parte de una familia de vignerons desde el siglo XVII. Cuando tenía cuarenta años, en 1982,empieza su carrera como vigneron con 2 hectáreas de viña solamente. Cuando se jubila su padre hereda algunas has. más y se puede consagrar a su pasión. Hoy en día el Domaine cuenta con 20 hectáreas en 42 parcelas repartidas en 8 municipios de la Côte de Beaune. (Ver su web)
Etienne SAUZET nació en 1903. Como consecuencia de una herencia de viñas crea su propia explotación. Con el tiempo llega las 12 has. en 1950. Tras su muerte, en 1975, es su hija Jeanine, y su marido Gérard Boudot, quienes se hacen cargo del Domaine. En 1991, como consecuencia de una repartición, el Domaine queda reducido a poco menos de 9 has. Como consecuencia de ello compran uva a otros vignerons. (Ver su web).

Empezó la cata sin ninguna información a los catadores, sólo la que saltaba a la vista: eran cinco vinos blancos. Ya al meter la nariz en el primero sorprende y gusta. El segundo presenta aromas de hidrocarburos, el tercero en un primer momento es más plano con recuerdos minerales, el cuarto huele a frutos secos y a madera y el quinto presenta un marcado toque lácteo. "Muy diferentes", dijo Jose. "Muy buenos", para Locho, quién añadió que el quinto era Chardonay. Les dí una nueva información: todos están elaborados con la misma variedad. ¿Cuál puede ser? "Albariño no son", afirmó categórica Olga (y es de las pocas que acertaron en la noche). Jose apostó por la Sauvignon Blanc (¡frío, frío!), Tonino por la Viognier (¡que no!), Locho (a pesar de haber dicho que el quinto era chardonay) apostó por chenin blanc. ¿Y de la querida chardonay no se acuerda nadie? Menos mal que ahí estaba Paula, salvando la honrilla al apostar por ella.

Bueno, sabiendo que eran todos chardonay, la siguiente pregunta estaba clara. ¿De que zona son? La pregunta, que pensaba que resultaría fácil, resultó ser todo un enigma. Silencio sepulcral. Y alguno que habló fue para decir que eran de distintos países. Locho, resignado, señaló que le gustaría que fueran españoles (pero mucho se temía que no lo eran). Nadie habló de Borgoña, ni se la mencionó. ¡Tenemos que hacer más catas de borgoñas, esto no puede ser!
Mientras tanto los vinos se iban abriendo, cambiando. Los que estaban más calladitos, empezaban a hablar, y los que ya hablaban, cambiaban de tema. En boca también daban la cara, sobre todo el primero. A mí personalmente me gustaba bastante la boca del quinto, aunque en general fue el vino que menos gustó. La impresión general es que estábamos ante buenos vinos,... pero les faltaba un puntito para ser grandes vinos, para enamorar. ¿Tal vez sus hermanos mayores de Borgoña tengan ese puntito? ¡Habrá que hacer una cata de borgoñas de primera línea para comprobarlo! (si el bolsillo lo soporta).
Bueno, llegó el momento de descubrir los vinos. Y ahí vino la sorpresa. ¿Cuál era el vino primero que ganó con 17,54 puntos? Pues el más barato (17,30 euros): Côte Chalonaisse Les Clous 2006 de Aubert et Pamela de Villaine. Todo un descubrimiento. A pesar de proceder de una zona menor en Borgoña, venció sin contemplaciones a los Mersault y Puligny-Montrachet. En segundo lugar (y con la misma puntuación: 16,68) quedaron Mersault Les Genevrières 2005 del Domaine Vincent Girardin y Bourgogne 2006 Domaine Dujac. En cuarto lugar el Chablis Montée de Tonnerre 2005 de Willian Fèvre y en último lugar (15,72 puntos) el vino más caro de la noche (62,50 euros): Puligny-Montrachet Les Perrièrres 2004 de Etienne Sauzet.
Tanto esfuerzo abre el apetito y no nos duraron nada las cigalas, navajas y tortilla de patata, regadas con Nanclares 2008, Zárate El Balado 2006 y Ramón Bilbao Edición Limitada 2007. ¡Hasta el próximo jueves! Y recordad que el que no comente nada paga cañas.

Notas de cata (puntuación de 0 a 20)
Côte Chalonaisse Les Clous 2006 - 17,54 puntos

Brillante color amarillo limón intenso, tornándose a dorado. En nariz intenso ataque floral para pasar al frescor de fruta, cítricos mezclados con orejón. Fondo de madera, vainilla, ahumados. En boca intenso, ataque directo, muy redondo, largo, fresco por su acidez que se agradece, vivo, muy largo, se mantienen los aromas de la nariz. Estructurado, equilibrado el frescor de fruta y flores con la redondez de un vino hecho.
Mersault Les Genevrières 2005 Vincent Girardin - 16,68 puntos
A la vista presenta un color amarillo dorado y brillante, con alguna irisación de tono verdoso. En nariz bastante plano, pero con un ligero toque de madera. En boca presenta una acidez equilibrada, con un contraste dulce-ácido que recuerda a alguna fruta tropical (kiwi, piña).
Bourgogne 2006 Domaine Dujac - 16,68 puntos
Amarillo pálido, brillante. En nariz intenso, anisado, floral, vainilla. En boca amargoso, especiado frutal. Equilibrado.
Chablis Montée de Tonnerre 2005 Willian Fèvre - 16 puntos
Amarillo pajizo, un poco apagado. Aroma franco, destacando los cítricos. En boca amargoso, frutal. Varietal
Puligny-Montrachet Les Perrièrres 2004 Etienne Sauzet - 15,72 puntos
Amarillo dorado, brillante, luminoso. En nariz marcado aroma lácteo, toffes caramelizados in crescendo... muy intenso, leche cocida y reducida. En boca amplio, sabroso, casi untuoso, largo.

5 comentarios:

Locho dijo...

Hola a todos,

Ya estoy pensado en vinos para esa cata "mitica" pero de verdad con vinos de primera linea.

Alberto nos ha dado una lección de como preparar una cata y la crónica.

Creo que hay que ir animandose y perder el miedo a elegir los vinos y preparar una cata.

Mi próxima cata será de tintos y seguiré el modelo Nanclares.

jose dijo...

Pues estoy de acuerdo con Locho, creo que cualquiera podría preparar una cata y sorprendernos, puesto que nos queda muchísimo por probar.

Anónimo dijo...

Iñigo dijo :
Aún estoy impresionado por el primer vino del jueves pasado, rompe con todos los tópicos que tenia en mi cabeza (vino frances nivel alto igual a vino caro).Gracias por descubrirmelo Alberto.

Alberto dijo...

Iñigo:
A mi también me sorprendió el primer vino, aunque esperaba bastante de la bodega. De hecho cuando vuelva a pedir vinos a Vila Viniteca voy a pedir un par de botellas de ese vino para tener en casa.
Chicos/as: ya os queda poco tiempo para no pagar cañas.

Rosa dijo...

Enhorabuena a Rebeca y Locho por el nacimiento, que se hizo esperar, de Bernardo. El acontecimiento merece un cata especial.